Aunque no constituyó el verso lírico ni fue tan afortunado en este género como en otros, ha dejado un buen número de composiciones, principalmente romances históricos y seguidillas de relativo valor. Entre las más famosas de estas composiciones están las que tituló El último borincano, romance histórico que recuerda al Duque de Rivas, inspirado en la rebeldía y heroísmo de nuestros aborígenes frente a los conquistadores españoles, La hoja de yagrumo, A Goyita, La ninfa de Guamaní, poemas de sabor criollo escritos en seguidillas. Sus mejores versos sin embargo, se encuentran en el largo poema La Sataniada, grandiosa epopeya dedicada al Príncipe de las Tinieblas, publicado en Madrid en el año 1878 bajo el pseudónimo de Crisófilo Sardanápalo
A Goyita
...Goyita de mi alma,
de ti distante,
el dolor atormenta
mi pecho amante.
¡Ah! ¡quién pudiera
recibir en tus brazos
la muerte fiera!...
La hoja de yagrumo
... Yo vi los negros ojos
de una trigueña,
cuando iba hacia los montes,
a cortar leña:
¡ojos de fuego!
Sentí que me dejaban
de amores ciego....
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